martes, 1 de diciembre de 2015

DECLARACIÓN DE DOMICILIO



Dicen que, algunas veces, cuando se explican las cosas con una canción, duelen menos.
No es mi intención herir tus sentimientos compañero pero tengo algo que decirte desde hace tiempo.
No es el prestigio social o el reconocimiento profesional lo que llena nuestra vida, ni siquiera el reconocimiento personal. ¿Por qué han de reconocerte? ¿porque haces tu trabajo?. Sería muy presuntuoso por nuestra parte ¿no crees? Que sepas que, hace ya tiempo, decidí seguir por la vereda oculta, tierna, lenta, pobre, mansa, espesa de la vida... Si, aquella que mancha, contagia y duele, ... pero humaniza, engrandece y libera.
Hace muchos años me lo enseñó una persona a la que, incluso cuando la pienso hoy, me duele de lo mucho que la quiero. Y eso es lo que he intentado vivir desde entonces: vivir en el lado sagradamente humano de la vida.
Algunos lo dicen mejor que yo, a través de la música. Aquí te lo dejo, para que lo disfrutes y, si puedes, reflexiones sobre ello.

Vivo en el lado oculto de la vida.
Yo voy por la vereda de la sombra.
Lo mío es el rumor de un arroyito,
el beso de la brisa entre las hojas.

Y las flores de plástico me duelen:
la tierra y las raíces me conmueven.
Vivo en el lado desnudamente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.

Vivo en el lado lento de la vida.
Amo lo que se gesta en el silencio:
terco fluir del río en la llanura...
Los embarazos... y el muy sabio invierno.

Soy figura emergiendo de la piedra
los montes me contagian su certeza.
Vivo en el lado pacientemente humano de la vida
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.

Vivo en en el lado tierno de la vida
voy desarmando fosos y castillos,
ya no quiero ser duro pero muerto
prefiero vulnerable, ...pero vivo.

La falda de mamá ... el olor de casa...
Y tu abrazo de amor que hoy me rescata.
Vivo en el lado entrañablemente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.

Vivo en el lado pobre de la vida
donde la sencillez airea tu casa.
Donde el "Te necesito" no avergüenza.
Donde nace del alma el "muchas gracias".

Donde nadie te lleva por delante
montado en sus "supervidas importantes"
Vivo en el lado pequeñamente de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.

Vivo en el lado manso de la vida
le creo solamente a los pacíficos.
Por eso me avergüenzan mis violencias
quiero a mi corazón quieto en su nido.

¡Triste arrogancia de los "ganadores"!
No subo el Monte Olimpo de sus dioses.
Vivo en el lado sufridamente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.

Vivo en el lado espeso de la vida.
Sangro la sangre de llos doloridos.
No adoro ideas claras y distintas:
Dramático y más turbio es nuestro río.

¡Cruz de autenticidad esperando el alba!
Y... oscuramente Dios... eje de mi alma.
Vivo en el lado complejamente humano de la vida
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.

Gracias, compañero, por permitirme una vez más caer en la cuenta del lado de la vida que ocupo.