miércoles, 27 de marzo de 2013

Hay besos con sabor... besos con sonido... besos con color



 Hay besos con sabor dulce... a limón, fresa, chocolate, plátano, yogurt, doble sabor... Otros besos, depende del momento del día, saben a ketchup, sopa, lentejas... son los besos del patio de recreo, los besos del "mundo pequeño", esos besos que se piden o se dan para animar un rostro cubierto de  lágrimas, para hacer salir una sonrisa de un semblante entristecido...

También hay besos con sonido: son los besos de amor. Aquellos que traducen en los labios lo que el corazón desea expresar con toda su fuerza e intensidad. Besos de agradecimiento por el permanecer de un amigo en los momentos difíciles. Besos que transmiten paz en los momentos de agonía y malestar personal,.Besos que contagian  la felicidad radiante del ser amado. Besos cantarines que derrochan alegría a su paso. Besos sinceros que sisean la alegría de un encuentro aplazado en el tiempo. Besos limpios  como el agua cristalina de un  manantial de alta montaña. Besos alegres como la risa inocente de los niños en el patio de recreo...

También hay besos con color... como los que describen Pablo y su madre en el famoso cuento...

“Mamá... ¿De qué color son los besos?. Pues, ... pues los besos pueden tener muchas formas y colores, en realidad cambian de color según lo que nos quieren decir.
Algunos besos son pequeños, ruidosos, divertidos y  muy, muy bromistas... son de un rojo brillante como las cerezas... y nos dicen, te quiero por tu alegría, frescor y vitalidad...
También hay momentos en los que los besos son jugosos y están llenos de vitaminas de color naranja. Son los que nos aprietan fuerte y dicen: “Buenos días, es hora de levantarse”.
Y amarillo ¿existen besos de color amarillo? Preguntó Pablo ...Pues claro, los días en que los besos son cálidos e intensos, su color amarillo brilla como el sol. Es cuando nos dicen cuánto les gusta nuestro cariño y compañía... 
¿Y los que hacen cosquillas en la oreja, en las mejillas y en el cuello, esos ¿de qué color son?...Pues esos, esos ...son los que se mueven al ritmo de la música y son de color verde luminoso como los campos y los bosques cuando sopla el viento. A los besitos verdes les encanta la vida y les gusta ver respirar y crecer a los seres queridos... 
A veces en cambio los besos son largos y tranquilos de un azul suave y esponjoso como el cielo. Son los que nos explican que su amor es profundo, , sin límites. Un amor tan grande que mires donde mires parece que nunca se acaba. 
Y ¿sabes? Muchas veces los besos son de un color lila  oscuro y misterioso. Son los besos que nos consuelan cuando estamos tristes y confundidos o no sabemos que hacer o a dónde ir y nos dicen... no te preocupes que yo estaré siempre a tu lado... 
Los besos son de los colores del arcoiris.
Pero yo quiero darte un beso de color blanco como la nieve y te quiero expresar como me gusta el silencio, la paz, la tranquilidad que siento a tu lado. Y ¿sabes Pablo cómo nació el color blanco? ...  de un beso que se dieron todos los colores del arcoiris”.




Tráeme o meu amore



No hace todavía un mes, se murió mi abuelo Ángel. Tenía años, muchos, tantos como 93 y en su longevidad, desde su vida sencilla y humilde no cesó de acompañarnos  con sus “perlas de sabiduría” y amor. ¡Y los últimos días no iban a ser menos!!!, no podía ser de otra manera.

Desde la debilidad frágil de su cuerpo consumido por el cansancio del camino o por el anhelo de “volver con su amor”, mi abuela Josefa, se fue apagando poco a poco pero sin dejar de dar luz ni en el último momento.
Digo esto porque hace más o menos dos años (después de la muerte de mi abuela), mi abuelo parece como si se hubiera rendido. Quizá si, el motivo para seguir viviendo había desaparecido,  ya no estaba con él, y ¿para qué seguir intentándolo?. 
Dejó de estar alegre, sin caer en la tristeza… no, no estaba triste pero su semblante risueño se volvió serio, pensativo. 
Dejó de contar “contos” como le gustaba llamar a él a  las historias que siempre tenía a punto para cualquiera que llegase a su casa. 
Dejó de ser curioso y asomarse a la ventana para comprobar quién llegaba cuando alguien se acercaba a  la aldea y osaba interrumpir el quehacer diario y monótono de los paisanos del lugar…  
Una cosa sí conservó casi hasta el final,  la capacidad de hacer la pregunta oportuna en el momento oportuno… ¡ese era mi abuelo!... el que veía más allá de lo que intentas mostrar superficialmente, el que leía el pensamiento, el que adivinaba tu estado de ánimo y te lo hacía saber a través de una pregunta aparentemente insignificante… ¡ese era mi abuelo! Con la pregunta que daba en el centro de la diana siempre en la punta de los labios… ¡ay, Mónica!… e ti… ¿vives ben?. Entre los nietos le llamábamos la “pregunta del millón” de tal manera que no había reunión familiar en la que cada uno no fuese interrogado … era su manera de tenernos controlados y también su manera de quedarse tranquilo y satisfecho porque, acto seguido, después de cada una de nuestras respuestas (“moi ben, avó, moi ben” obviamente) juntaba las manos en gesto de adoración  y repetía a modo de jaculatoria“¡Gracias a Deus!”… y esto lo decía cada vez, con cada uno, como dando gracias por cada uno de nosotros y al mismo tiempo,  bendiciéndonos… ¡Ese era mi abuelo!
Pero volvamos al tema que nos ocupa… 
Como decía hace unos dos años que murió mi abuela Josefa y, desde entonces, mi abuelo no volvió a ser el mismo. Desde entonces, mi abuelo que “no paraba la pata en casa”, siempre en camino y caminando por las veredas de su aldea natal, … desde entonces, apenas volvió a salir de casa. Es verdad, sus fuerzas se iban apagando cada día, los años tampoco perdonan. Su mente seguía fresca y lúcida pero le inundaban los recuerdos… su corazón latía pero con la sordina del amor perdido.
70 anos”, me repetía cada vez que iba a visitarlo. “70 anos que vivimos xuntos Josefiña mais eu e  ¿ves Mónica?  NIn unha mala cara, nin un enfado, sempre traballando un o lado do outro, ámbolos dous para sacar adiante  a casiña, cria-los fillos, ir vivindo, sen facer mal a ninguén, axudando a todos os que poidemos..." y después … enmudecía pensativo, con la mente en otro lugar…
Vivía con su permanente recuerdo, cada vez que decía algo siempre aparecía Josefa por medio. Soñaba con ella y, en sus dulces sueños, hablaba con ella… que ¿cómo lo sé? sencillamente porque me lo contó él mismo un verano en un rato que pasamos juntos… Y es que mi abuelo era especial… Ángel era su nombre… y como un ángel vivió y murió. Se fue sin hacer ruido, molestando lo menos posible… pero dejando detrás de sí una estela de luz difícil de apagar.
Durante las últimas semanas de su vida,  no cesaba de repetirle a mi tía que lo cuidaba, la misma petición… “tráeme o meu amore, María, tráeme o meu amore”.
A mi abuelo le gustaba cantar y  murió cantando … una canción de amor… Sin duda, el tú de ese mensaje de amor no era otro que Josefa, aquella a quien le había dedicado su vida entera, aquella a quien dedicaba sus últimos alientos de esta vida, aquella que le estaba esperando en la puerta del cielo para entrar juntos en la eternidad. Mi abuelo ya está con su amada. Mi abuela sonríe satisfecha por el reencuentro. Ahora, ambos  gozan del abrazo eterno con el Dios Amor.

sábado, 9 de marzo de 2013

¿A vida é un tango que cómpre saber bailar...?


Así me lo dejaba caer en enunciativo un gran amigo mío una de las últimas veces que tuvimos la oportunidad de pasar un rato juntos...
Frase para pensar ... y ahí me tienes desde entonces, en mis divagaciones múltiples, dedicando ratos a reflexionar sobre ello... Pero la afirmación la trasformo en pregunta... ¿Realmente la vida es un tango  que debemos aprender a bailar?
Sí, quizá si, quizá la vida sea un tango que tendremos que aprender a bailar pero... ¿Y qué pasa con los que nos sabemos bailar? ¿Quizá nos quedamos sentados mirando cómo bailan otros? ¿Quizá nos desprendemos de nuestra vergüenza y arrancamos paso  aún sin saber, arriesgándonos al ridículo del siglo? ¿Quizá nos "ponemos el mundo por montera" y lo intentamos una y otra vez hasta conseguir "seguir el paso de otros"? ¿Quizá nos lo tomamos tan a pecho que a base de esfuerzo y constancia llegamos a conseguir una cierta maestría?

Como casi siempre, me gusta empezar por comprender bien el significado de las palabras así que me voy al diccionario y  busco el significado completo en sus distintas acepciones de la palabra tango. La RAE lo define como:
1. "Baile rioplatense, difundido internacionalmente, de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro".
2. Música de este baile y letra con que se canta"
3. "Fiesta y baile de gente de origen africano o popular en algunos países de América".

Decididamente no me convence ninguna, demasiado técnico para mi divagación. Busco en  Wikipedia, el "gran salvador" de Internet y leo lo siguiente:
"El tango es un género musical y una danza de naturaleza netamente urbana, sensual y de renombre internacional... La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja, es sumamente sensual y compleja. Las letras están compuestas basándose en el argot local llamado "lunfardo" y suelen expresar las tristezas, especialmente en las "cosas del amor", que sienten los hombres y las mujeres de pueblo. Aunque también se pueden encontrar otras temáticas como el arrabal, el desengaño, el deseo sexual, el hacer diario, el tiempo... alguien lo definió  como "un pensamiento triste que se baila"
Hasta aquí, más o menos bien.... sigo leyendo los "roles de género": "En la pareja varón-mujer tradicional los roles de género están sexualmente definidos. Esto quiere decir que en la pareja de tango es el hombre quién crea y dirige el baile y la mujer es quien  lo sigue, aportando al baile belleza y sensualidad".
Ummmm, algo me "chirría", algo no me va bien... otra vez la imagen de "mujer florero"·...
No sé si estoy muy de acuerdo en que la vida sea un tango...y menos aún en el papel de la mujer en este baile,  pero lo que sí me dice la experiencia es que la vida es SEMEJANTE A UN BAILE QUE DEBEMOS APRENDER A BAILAR... y si podemos, ... incluso llegar a adquirir una cierta maestría en ese bailar.
Me gusta pensar en la vida como baile, con otros, por supuesto, mejor grupo que pareja aunque ¡cada cual que decida como mejor le vaya! Lo importante es no bailar solos, sino con otros, con el grupo, con tus iguales... Me gusta pensar en la vida como aprendizaje diario, como ensayo y perfeccionamiento del paso hasta conseguir la técnica perfecta...

Pero ¿sabéis qué? si me pongo a pensar en la vida como baile posiblemente me quede con la MUIÑEIRA... por aquello de que "la tierra tira". Me gusta la muiñeira, baile típicamente gallego, tradicional, que se baila en grupo, hombres y mujeres, rápida y ligera con un nacimiento humilde entre los oficios del pueblo y que luego se bailaba en las  romerías y fiestas locales donde los paisanos se arremolinaban entorno al gaitero que arrancaba las notas desde el fol ronco de su gaita estremeciendo a los emigrados a otras tierras en ese momento de "morriña" que los trasporta a los recuerdos de infancia en su Galicia natal.
Decididamente si, me quedo con la muiñeira... Y si además va acompañada de un ATURUXO, mejor que mejor...
Sí, yo quiero que mi vida sea  una muiñeira con aturuxo incluido, fuerte,agudo, prolongado en el tiempo  lo suficiente como para mantener mi ánimo en el ensayo continuado, el esfuerzo y la constancia diarios, en el no cesar de intentarlo una y otra vez hasta conseguir la pieza perfecta.

Shall we dance?