jueves, 22 de noviembre de 2012
¡Consíguete una copa más grande!
Hace unos días, terminé de leer un libro, no demasiado interesante pero entretenido, de esos que yo defino como "para pasar el rato" después de un día de mucho ajetreo y actividad... de esos que "hace descansar la mente y el intelecto"... "que te relaja".
De todo el libro rescato hoy un fragmento que a continuación transcribiré que me sirve como una buena metáfora de las actitudes que algunas veces tomamos ante la vida. Dice así:
"Viajo en un vagón de segunda clase, sentada detrás de una pareja estadounidense.
-Te has pasado Susan. Todo este viaje es una exageración. ¿Tenías que comprarte ese sombrero? Si es ridículo... Y el vino ese que no podías dejar de tomar en la comida costó treinta y un dólares. Y ahora te quedas extasiada ante los maizales y las vacas y unas cuantas aldeas destartaladas. ¡Caray! Si querías ver maizales, te podría haber llevado a Iowa. Me habría ahorrado un montón de problemas. ¡Viajar once mil kilómetros para ver vacas!
-No estoy viendo solo vacas, Jeffrey. Miro Italia. Esa es la parte que tú no entiendes. Y me encanta mi sombrero. Y te diré algo más, Jeffrey. Yo soy una pasada. Casi todo y casi todas las personas que hay en el mundo se pasan, te superan. Y te diré por qué: Porque tu copa es demasiado pequeña. Tu copa es tan pequeña que en ella no cabe nada, salvo las gotas y los chorritos que le echas tú mismo. No cabe nada más. Pero deja que te diga una cosa Jeffrey: en la vida hay algo más de lo que cabe en tu copa. Consíguete una copa más grande. Por amor de Dios, Jeffrey, consíguete una copa más grande..."
Y lo pienso una vez más, ¡qué duro! pero también ¡qué real! En la vida, de vez en cuando, ...muy de vez en cuando, nos encontramos con personas cuya copa es demasiado pequeña, en la que, ciertamente, no cabe nada más que las "gotas y chorritos" que ellos mismos van dejando... y la vida es algo más que eso... la vida es una gran copa que es capaz de contener los caldos más especiales, ... también unas simples gotas de agua. Y lo que es todavía mejor, algunas veces, conviene que otros llenen la copa, conviene que otros aporten su cosecha más valiosa... ¡qué mezquinos aquellos que no quieren contemplar la belleza y grandeza de las cosas, las personas, el mundo que los rodea, aquellos que se encierran en sus teorías y sus certezas, en sus miedos y opiniones y juzgan a los demás desde su propio punto de vista; aquellos que se quedan con su propia interpretación de lo que observan a primera vista y no saben mirar más allá de su propia nariz, aquellos que malviven su vida intentando convencer a los que llaman amigos de que sus creencias y valores son los únicos verdaderos!...
A todos esos, que haberlos hailos, les diría igual que Susan le espeta a Jeffrey: "Consíguete una copa más grande, por amor de Dios, consíguete una copa más grande!
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